Al sol, a la sangre, al humo y a la felicidad en general.

mayo 21, 2011

Melancolía, rabia, angustia. No estén celosas de mi risa, no se crean muertas ni lloren la ausencia de mi presencia en sus pasillos. No se sientan olvidadas ni maltrechas, no sientan en mis acciones agravios, no piensen en mi como una pasajera oportunista.
No me extrañen, no me suelten. Espérenme en cualquier caso.

Tristeza, ira, desolación. No estén celosas de mi armonía, no me miren por el rabillo del ojo que no pestañea jamás, no me hagan trampas, no me esperen despiertas.
No irrumpan en mi pecho, no me castiguen por estar tranquila. No me desprecien por ser feliz y descansen, no paseen por el cálido ambiente que hay en mi interior, no deambulen con sus caras largas por el techo de mi habitación impregnada de buenos tiempos.

El tiempo de los asesinos ha hecho una pausa.
He aquí el tiempo de las sobrias vendimias y las sonrisas silvestres.

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