Al sol, a la sangre, al humo y a la felicidad en general.

marzo 26, 2011

Retrato de las fases previas a la muerte, espejismo perfecto, siniestro y mortal...
Una imagen viva, un dolor que camina.
Materialización de la tristeza, en su estado puro. Seca, de esa que raspa la garganta, que es blanca ceniza en los ojos, blanca como nieve que lastima mi mejilla, blanca y seca, casi como algo que no existe y que sólo por eso existe más.
Tristeza abatida, de camianr sin un punto en el horizonte, de caerse en posición fetal por el resto de la noche, la noche que no acaba, que parece perpetua... La noche que parece estar hechizada por un magnetismo idiota y cruel, congelada, casi como un suspiro ahogado, casi como un espasmo al corazón... infarto! (Y muerte)
Tristeza que no pierde sentido, por más que repita la palabra y que cobra con cada vibración de mis cuerdas vocales, otro significado, aún más real, aún más facineroso.
Debe ser esa mezcla lenta y densa, carente de cualquier agitación, mezcla rara que marea mis sentidos cuando junto la T, la R y la Z en la misma palabra... Que TRisTes son las Rocas, aZotadas por el maR, casi como si se TRaTaRa del aZar siniesTRo... Cobrando venganza (Z)...
Tristeza, dormilona que duerme conmigo, que no me deja ni a sol y sombra y que, incluso en presencia de la más mordaz de mis sonrisas, sigue ensombreciendo mi rostro.

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