Estoy enferma de nuevo, de este virus de bienvenida acalorada que me afiebra la vista, de esta tos seca y polvorienta que me sacude los pulmones.
Aún así, el malestar persistente se acumula en el resfrío de mis buenas intenciones y el adormecimiento de las ideas justas que solían pasar por mi, antes sana, cabeza.
Estoy enferma, una especie de tuberculosis emocional me tiene en cama a diario, pensando con angustia en la destrucción de mis enemigos y mi tembloroso cuerpo ansía venganza, una venganza enferma claro, de esas sin razón y mucha estrategia.
Peligra de muerte mi composición física y emocional, pero no me incomoda en los absoluto, antes veré gota a gota desangrarse los pecados mercenarios de los infieles a la norma de mi astuto gobierno.
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