Al sol, a la sangre, al humo y a la felicidad en general.

agosto 30, 2011

Un sonido me persiguió todo el día, parecían el eco de algunas líneas para agregar al texto.
Un sonido que sonaba como un tren en media marcha, como un riel continuo que se asemeja a una linea pisoteada por letras.
Un sonido que sonaba como un defecto de reloj.
Un sonido manual y rudimentario.
Golpecitos.
Me persiguió el día entero.
Me entregué a su descubrimiento.
Y aunque aún no sé de que se trata, mis pestañas de baten a su ritmo.

agosto 24, 2011

Léase esto con la rabia enferma de un postrado en sus recelos. Como quien quiere asesinar a su madre y le besa la frente húmeda.
Crease perdido el interés por el cuerpo, de esta ánima interna de parpadeante alegría.
Permítanse los ancianos una que otra mirada curiosa ante mi juvenil retraso.
Piérdanse en la noche las respiraciones frías de mis pulmones a punto de largarse a correr.
Ciérrense las persianas del mundo y quédense ciegos todos de golpe.
Paralícense sus pasos y carreras, abran paso a mi presencia imperceptible.
Quisiera no ser vista, ni oída.
Hágase la oscuridad completa en el mundo entero.
Piérdase el ánimo pasivo y sean activadas las miradas lascivas de nuestra crueldad que descansa, azotada entre flores secas, amarrada entre cuerdas vocales.
Gritos escucho, lejanos como puertas que no abrí nunca.
Sentidos pierdo, como apuestas que no me atreví a concretar.
Peligros enfrento, como si me arrojara contra una piedra de cabeza.
Verguenza percibo, en lo más profundo de mi certeza única. Esa que me indica que quien soy por dentro es quien prevalecerá al final de todo.
Y la que soy por dentro, en nada supera al aire agripado la cuidad impertinente, esquivo y escurridizo pero maltrecho y embarrado, como un felino de muelle, como una rata de callejón, como un insecto de corta vida.

Tarde de neblina, de mala vista, de malestar y silencio.
Tarde acorde a mi verdadera personalidad.
Tarde que por lo rancia, se parece a mi.
Personalidad mía y tarde mía. Ambas enfermizas y socialmente ineptas.
Paso rápido y mirada en el suelo.
Agresiones paranoicas de quienes pasan a mi lado.
No quisiera verme reflejada en los vidrios azules de tantos edificios.
Me gustaría volarme en mil pedazos y desaparecer como la ceniza de un muerto incinerado.
Mi personalidad real me persigue y aparece en tardes como esta.
Me refiero a esta personalidad ajena y tan propia que me invade y perturba, confunde y seduce, defiende y agrede. Todo al mismo tiempo, todo en un sólo latido. Pum Pum un golpe, pum pum una idea, pum pum una sacudida, pum pum una caricia. ¿Me entiendes? Pum pum, un mareo. Pum pum, un grito. Pum pum, que pena. Pum pum, que idiota...

agosto 22, 2011

Soles amarillos.
Tenues caricias.
Ojos bailando en la habitación más linda de mi mente.
Costas azules ondeando al fondo.
Perfumes perfectos de tu piel contrabandeada.
Trance de mi mirada, extasiada en el bosque natural de tu cara.
Plegaria a las tablaturas inscritas en tus manos.
Suave ventisca fría, tibia temperatura que te extraigo.
Dulce beso, dulces labios.
Increíble marcha de tus pasos al lado de los míos.
Es que no me alcanzan las letras, ni me alcanzarían los idiomas conocidos por sabios y resabios para imprimir la explosión de mi pecho.
Mis costillas tienen astillas de tanto reventarse en suspiros.
Y es que lo tuyo y lo mío no pasa a menudo.
Y es que la realidad que teje mi tiempo se asemeja tanto a la tuya.
Y somos dos cualquier cosa, dos fibras de algodón danzando en el aliento de un respiro cansado. Dos nubarrones sobre nuestras cabezas. Dos volátiles seres sincronizados. Dos frecuencias al unísono. (L)

agosto 19, 2011

Como un rompecabezas, el corazón en el estómago y la respiración a través de branquias de reptil.
Un miedo que he sentido antes.
Una voz de madrugada que no logra enervarme.
Sólo recuerdos juveniles, de una historia que me dejó sola; historia patética que llevé hasta hasta las últimas consecuencias.
Ya casi no reconozco tu cara y tus ojos de muerto no me hacen pensar en cementerios.
Y es que ya fue hace tanto que no puedes pedirme nada.
Mis manos están vacías para ti.
Mi angustia ya no se activa con tu nombre.
Ansiedad dormida, ansiedad completamente fallecida.
Dejé lo tuyo y lo mío en una calle de esas de antes, de esas que ya ni me gustan.
Y puede ser que todo haya sido un sueño mío. Puede ser que no hayas existido nunca.
Debe ser la ausencia de tus huellas.
Debe ser que escribimos por separado nuestras nuevas travesías.
Tu y tu puño necrótico, tus palabras asesinas. Tu pinta de poeta inconforme.
Yo y mi puño nostálgico y repetitivo, mi verborreica forma de odiarlo todo. Mi pinta de ratón de biblioteca.
Ya lamimos hasta terminar nuestras ácidas maneras de matarnos con letras.
Esquiva ahora estas lineas de la forma indiferente que yo esquivo las tuyas.
Despidámonos con la poca certeza de siempre.
Despidámonos con los ojos rojos pegados a la pantalla.
Despidámonos para escribir de nuevo.
Y con esta linea final, dejo tu nombre en la basura, sabiendo que el mío descansa torcido en el lugar donde me abandonaste para no vernos más.

agosto 18, 2011

Las noche es absurda, como una colisión de luces.
La garganta es la luna y las estrellas bocadillos.
Son barcos los pasos atolondrados de mi marcha.
Es la nocturna escena la que me mantiene alerta.

Un pentagrama inconcluso me recuerda al cielo, con la espuma desbordante de sus nubes de media tarde.
Se me acercan las sombras que se hacen en las paredes y yo las ignoro con imperturbable decisión...

Pasan a mi lado los buitres de los sueños.
Cosquilleo d mi garganta congelada.
Son mis latidos el compás de patrones indiferenciados que corren por mi lado.
Velocidad espeluznante.
Retiro circunstancial de mi presencia vacilante.
Veneno, siempre veneno. Como si las cañerías rancias de mi humanidad no supieran de otro fluido. Oscuridad y trémula visión del universo. Plagas de insectos subiendo por mis brazos, incrustándose en mis poros, dejando sus patas quebradizas en el río de mi sangre.
Desconfío de las sombras, he aquí la verdadera semblante de mi persona agria y torpe.
La desconfianza y el miedo, pócima infaltable en mis embrujos suicidas.
Pusilánime niña de maneras sumisas y terrible recelo.
Suprimir más de la cuenta, transformarme en otras.
Dejar escapar a la agitada bestia que descansa en silencio y DESTRUIRLO todo, dejar todo en ruinas, gritar desde dentro las más aberrantes locuras.
Incrédula niña tonta, insaciable apetito de demolerme.
Volverme tierra y desaparecer en el viento.
Extraviarme en mis ojos cada vez más grandes y eternos.
Un último aliento. Una última ola antes de dejar de ver el cielo.

agosto 15, 2011

Reclamar a los astros por tanta ausencia de motivos.
Divagar borracha por las pesadillas de quien ha sido torturado por el abandono.
Y la dulzura tenue que extraía de mis memorias de niña, quemarlas junto a las palabras que no debieron ser escritas.
Proclamar ser un mártir y morir por serlo.
Extraviar la coherencia en el cajón cerrado de mi mente.
Ahogarme en el charco que forma la tempestad de mi propia verguenza y asco. (Goterones ácidos y corrosivos que caen despacio donde más duele)
Siniestra la idea, tembloroso el pulso, esquiva la mirada pero determinada la voluntad, esa antigua, esa de quebrar los cristales de las catedrales internas de mi misma.
Correr desesperada por los caminos incoherentes de estas lineas que me salen solas.
Pasear por el reverso de la palma de mi mano.
Y en la suavidad de mis húmedas mejillas, estallar en llanto desenfrenado, en tormentosos gritos angustiados que dejo escapar por el espacio que hay entre la puerta y el piso; invitando a pasar al viento. Invitando a pasar el viento.

agosto 11, 2011

Si me ves triste, no te preocupes es la falta de vitaminas.
La falta de gracia e ímpetu de espíritu, los ojos hinchados y los labios dulces de lágrimas.
En mi pecho estalla el infinito cielo grisaseo de la cuidad acelerada, en mi cabeza marchan los ruidos de la congestión urbana.
(Y me sorprendo a mí misma, relatándolo en cámara lenta, doble dosis de lisérgica nostalgia...)
Y mi boca que no produce sonidos, mis cuerdas vocales oxidadas, gastándose en las cañerías antiguas de mi estructura ósea. Y mis oídos que escuchan susurros en vez de voces e idiomas extranjeros en vez del propio.
Mi piel otoñal que desconoce el invierno y mira con recelo tras la ventana de una micro, mi piel otoñal que se eriza en tu nombre y se destiñe en el día. Mi piel que no resiste golpes y se amorata tan fácil, mi piel que me abriga poco y me hace lucir cansada, mi piel rasgada como terciopelo de burdel barato... Mi piel y la tristeza que no es tristeza si no falta de vitaminas.

agosto 08, 2011

Sueños de muertes. Las personas que más me importan están siendo despojadas de sus vidas y yo lo presencié todo en primera fila. Encerré al que lo hizo y caminé llorando y con frío por las calles que solían visitar mis pies.
Llamé a quien más amo, acudió a mi rescate.
Bajé por escaleras que parecían no tener fin y recuerdo palabras de gente que ahora está muerta, recuerdo sus ojos aún con brillo clavados en los míos, repitiéndome frases que no olvidaría nunca.

Despertar desolada, con el dispositivo para volar roto, con las naves descompuestas.
Despertar despeinada en medio de una estructura en caos.
Sentir mis vísceras, sentir los latidos en mi cabeza.
Sentir la desesperanza de quien está encerrada y confinada a su suerte de hipócrita, a su energía que ahuyenta, energía mal entendida y tergiversada por entes, quienes al hacer el bien destruyen hasta mis cavilaciones. :(