Al sol, a la sangre, al humo y a la felicidad en general.

agosto 30, 2011

Un sonido me persiguió todo el día, parecían el eco de algunas líneas para agregar al texto.
Un sonido que sonaba como un tren en media marcha, como un riel continuo que se asemeja a una linea pisoteada por letras.
Un sonido que sonaba como un defecto de reloj.
Un sonido manual y rudimentario.
Golpecitos.
Me persiguió el día entero.
Me entregué a su descubrimiento.
Y aunque aún no sé de que se trata, mis pestañas de baten a su ritmo.

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