Al sol, a la sangre, al humo y a la felicidad en general.

abril 17, 2011

Hoy día no tengo nombre y no me importa en lo absoluto.
Disfruté cada momento de mi día bajo anonimato.
Me gusta mirar las formas que se dibujan en mi techo.
Me gusta el sonido del tren que se mete en mi ventana porque es lo único que aparece a diario sin falta.
El desorden de mi ropa arrugada es mi mejor amigo.
Me gusta comer, hoy me comí el hígado de mi madre.
Me gusta dormir, hoy derroté a 3 almas aburridas que me perturban en las noches y salí sin ningún rasguño.
Me gusta darme cuenta de que puedo enloquecer en cualquier momento.
Me gusta que cada segundo pueda ser el último.

No tengo nombres, tengo lagunas mentales pocas veces al año.
Abro los ojos estando en un lugar al que no recuerdo como llegué.
No sé cuanto tardo en vestirme cada mañana.
No me gusta el sabor del alcohol en mi boca, pero necesito quemarme la garganta cuando mi cerebro se duerme y las emociones me aceleran.
Requiero de un trato especial para no querer matarme a diario.
Requiero de sonrisas sinceras pero no excesivas, de ternura y violencia, de tortura y carisma.
Me gusta hidratarme, hoy bebí tres litros de sangre.
Me gusta caminar sola.
Me gusta caminar con alguien al lado derecho.
Me gusta caminar con alguien a cada lado.
Me gusta caminar detrás de las personas de noche, seguirlas despacio.

Locura... Es como querer perseguir mis pupilas cuando cierro los ojos hasta desmayarme.

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