Siempre manipulo, miento, tergiverso hasta confundirme a mí misma, hasta no confiar en mis palabras, en mi voz interna, en mi instinto domesticado, en mi masiva forma de simulación.
Y es la única forma que tengo de ser sincera y perdonar mis arranques de ley de hielo, mi constante tendencia al encierro, paranoico estado virtual.
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